Puedes entrenar muy duro toda tu vida y después de muchos años no llegarás a cruzar un lago a la velocidad a la que lo hace este hombre.
¡Qué maravillosa es la naturaleza y cómo es capaz de sorprendernos!
Es verdad, también, que la gente de los países nórdicos tienen más facilidades para alcanzar estos niveles. No me imagino a nadie desplazándose a esa velocidad por el agua cálida y acogedora de las costas valencianas.
Compruébalo por ti mismo: