La pasión es imprescindible para que la música transmita sentimientos inspiradores.
Demasiada pasión puede hacer que la música vaya más allá de la inspiración y llegue a la transgresión… o directamente a la agresión… aunque sea sin querer.
Fíjate en el percusionista de los timbales, el que señala el vídeo que hay a continuación con una flecha roja y comprenderás que la pasión musical no solo tiene un lado positivo.